Quien manda es la cabeza

Seguro que alguna vez has sentido cómo tus dudas, tus nervios, tu miedo a que las cosas salgan mal han tirado por la borda todo lo que habías entrenado o no has alcanzado un resultado tan bueno como esperabas. ¿La culpa? La cabeza, sin duda. Son todos esos pensamientos negativos que de repente aparecen, y que deciden que se quedan bien a gustito en tu cabeza mientras tú luchas con ellos. A veces los pensamientos negativos tienen la siguiente forma: “¿y si fallo?”, “¿y si no alcanzo el resultado que necesito para competir?”, “debo hacerlo bien, todos están esperando que haga un buen resultado”, “espero no fallar”, “seguro que meto la pata como me pasó en la última competición”, etc.

Y es que aunque todos hemos estudiado en el colegio que las personas estábamos formadas de huesos, músculos, células, agua… para los psicólogos deportivos, las personas somos nuestros pensamientos, las emociones que sentimos y nuestra conducta: o en este caso, nuestra ejecución deportiva (cómo competimos y entrenamos).

Pensamiento, emoción y conducta van de la mano. Si yo entro a competir con pensamientos del tipo “¿y si no llego?, ¿y si fallo?, no debo equivocarme o no quiero salir a competir”, inmediatamente me voy a sentir con miedo y con ansiedad. Tan nervioso voy a estar que es probable que cometa fallos, incluso en aspectos que tenía tan automatizados que todo el mundo se sorprende. Cuando me veo cometiendo este fallo, el pensamiento se refuerza (“¡ves!, ¡sabía que iba a fallar!, ¡si es que lo sabía! Ya no hay nada que hacer”) y consecuentemente mi miedo aumenta, mi ansiedad también y hasta aparece la tristeza, pues anticipo que todo está perdido.

Las tres se influyen mutuamente, pero desde luego, aquí quien manda es la cabeza.

 

Aquí tienes algunos de los consejos que les doy a mis deportistas para entrenar el pensamiento de forma que te ayude a conseguir la máxima eficacia deportiva:

  • Busca autoinstrucciones o frases positivas que te digas en los momentos difíciles o cuando sientas nervios. Intenta que sean positivas, sin incluir la palabra “no”, pues el cerebro no la entiende. Si te dices a ti mismo “no falles”, tu cerebro solo se queda con la palabra fallar. Es mejor decirte: “tranquilo, lo harás bien, concéntrate, ya lo hiciste en los entrenamientos”.

  • Controla los pensamientos automáticos o irracionales que te alejen de tu objetivo. De nada sirve pensar en lo que pueda ocurrir, en esperar lo peor, en todos esos “y si…”, en lo que pensarán los demás de ti, en dar por sentado y adelantado que o te sale todo bien o todo te saldrá mal, etc.

  • Busca pruebas objetivas de que eres un buen deportista. Muchas veces tenemos la atención centrada en los fallos y olvidamos todo lo positivo que vamos consiguiendo.

  • Elimina todas las preocupaciones que tengas, especialmente las no relacionadas con el deporte. No puedes estar entrenando o compitiendo pensando en la lista de la compra o en problemas con tus amigos. Puedes escribir en un papel todo aquello que te preocupa o que creas que tienes que recordar más adelante; así sabrás que después estará todo en el papel y pondrás ocuparte de ello, pero el momento del entreno, ¡es solo para pensar en el entreno!

  • Concéntrate: existen numerosos estudios que relacionan la concentración en la actividad y el disfrute de la misma con mejores resultados deportivos. Busca una pequeña frase, o cuatro palabras (por ejemplo: esto, aquí, ahora, disfruta) y repítetelas mientras entrenas de forma que saborees el momento que estás viviendo. Así potenciarás tu ejecución deportiva.

 

Estoy segura de que has observado en ti mismo o en otros deportistas cómo el pensamiento ha torpedeado la consecución de tus objetivos. Ahora ya sabes que el cerebro es el que manda, pero siempre, por encima de él, ¡ESTÁS TÚ!

 

Zoraida Rodríguez Vílchez
www.zrpsicologos.es
@ZoriPsicologa para IDEAL Granada

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