Cuando el orgullo mueve montañas

Existen ocasiones en que son las emociones las que hacen sonar una alarma y hacernos reaccionar. Eso le ha debido pasar a Djokovic cuando este pasado domingo ha derrotado en menos de una hora y media a Nadal, el enemigo que le va a despojar de su posición de número uno en la ATP. Han calificado el juego del serbio como agresivo, confiado y efectivo, que luchó cual bestia herida en su orgullo. Pero, ¿realmente el orgullo puede ser positivo?

Plutchic califica el orgullo como una emoción secundaria que proviene de la combinación de otras emociones más básicas: la ira y la alegría. Las emociones sirven para algo, cada una de ellas tiene una función y nos empujan a actuar de una u otra manera. La ira nos lleva al ataque, a defender aquello que consideramos nuestro. Sentimos ira cuando percibimos que alguien está traspasando nuestros límites, nos amenazan o nos quitan lo que es nuestro. Y como no, esta es la misma situación en la que se ha encontrado Djokovic: su eterno rival ha llegado con fuerza y le va a arrebatar su puesto. ¿No es motivo suficiente para sentirse amenazado? Además, se está traspasando un claro límite: el de fortaleza y superioridad que siempre muestra el tenista. ¿Iba a tirar la toalla y jugar un partido penoso antes de tener que cederle el trono? Desde luego que no. Si tiene que cedérselo, lo hará por la puerta grande. Y ahí entra la alegría: la necesidad de decir “de esta forma te la devuelvo y sonrío tras llevarme, al menos, esta final”.

Quizás tú, en algún momento, te has sentido de esta forma: te han arrebatado algo preciado o no has conseguido tu objetivo. Si te quedas en la tristeza, en la pérdida, en la sensación de pena y víctima de las injusticias de la vida, no avanzarás. No saldrás de ahí. Parte de la inteligencia emocional supone saber gestionar tus emociones de forma que busques en cada momento aquellas que más te convienen y más te acerquen a tus objetivos, a aquello que realmente mereces.

Siento escalofríos al leer estas declaraciones de Djokovic: «lucharé hasta que no haya posibilidades para acabar el año como número uno». Y ojalá por su mente pasara después la siguiente frase: “y si eso ocurre, seguiré luchando para demostrar que nada me derriba”. Pues no hay nada más poderoso que el convencimiento de una persona a no ser derrotada jamás a pesar de las circunstancias. No importarse si caes, lo importante es que siempre te levantes. Si te encuentras en un momento difícil, en el que parece que las cosas no se pueden torcer más, ¡saca ese orgullo! ¿Es justo? ¿Acaso no te has esforzado y luchado? ¿Esto es lo que mereces? ¡No! Entonces no te dejes a avasallar por la vida y hazle frente a las circunstancias para poder mirar a la adversidad a los ojos, y dedicarle tu sonrisa más orgullosa.

 
Zoraida Rodríguez Vílchez
@ZoriPsicologa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Post relacionados

La proeza convertida en hábito.

Nacemos como una tabula rasa y empezamos a aprender. Nuestro talento nos empuja a profundizar sobre aquello que nos resulta curioso o interesante; sobre aquello que de alguna manera se nos da bien. Algunos de nosotros nos orientamos hacia las letras; otros, hacia las ciencias; nos zambullimos en el mundo del fútbol o preferimos el … saber más

La soledad del líder

Revisando la prensa deportiva unas declaraciones de Anquela me han hecho reflexionar: “Si me dejo llevar por el ambiente, hace tres meses me habría cortado las venas”. Y es que si seguimos revisando titulares, vemos cómo Aguirre en su debut con el Espanyol y Valverde en el Valencia necesitan empezar con buen pie y comenzar … saber más

Motivar no es dar premios

Muchos entrenadores se estrujan las ideas para averiguar cómo motivar a sus deportistas y sacar lo mejor de ellos. Está claro que una persona motivada rinde mucho más que uno que no lo está y que compite con desidia o por inercia. Pero no todo vale en términos de motivación. Motivación no es tener ganas … saber más

Concentración y atención en el deporte

La concentración, descrita en términos sencillos, es la capacidad de mantener la atención durante el tiempo necesario y de prestar atención a la información relevante, ignorando los estímulos irrelevantes y perturbadores.   Si realmente queremos estar concentrados durante una competición, tenemos que tener saber qué tipo de atención es la más adecuada en cada momento. … saber más

Tu valía: prueba de realidad

Uno de los principales problemas con los que me encuentro en la consulta es la falta de confianza. Ya sean deportistas o no, muchos de mis clientes reconocen que su falta de autoestima y seguridad, les influye negativamente en la consecuención de los objetivos que se proponen y en su bienestar emocional. La forma en … saber más

Entrenador sin psicología... Costurera sin hilo.

Cocinero sin sartén o mago sin varita. Mil ejemplos podríamos poner para ilustrar la misma idea: hay herramientas que son imprescindibles en cada profesión. Y en el deporte, ya no vale solo con saber de técnica, táctica o preparación física. El entrenador ha de disponer de herramientas de psicología si realmente quiere hacer su trabajo … saber más